Decimos que los hombres nos hacen daño, pero quién formó a esos hombres sino nosotras las mujeres, las madres, abuelas, profesoras? Y qué esperamos de un hombre, qué respeto podemos pedirle si nosotras mismas no nos respetamos? Si con nuestros actos les damos a entender que pueden tratarnos como quieran porque con tal de tener su aceptación nos conformamos con lo que ellos estén dispuestos a darnos, incluso cuando nos hace daño. Si nos metemos con hombres casados o que tienen novias, si nos golpean y seguimos en esa relación, si nos hacemos dependientes de su dinero y permitimos que nos digan cómo debemos vivir, qué respeto les podemos exigir?
La sociedad actual es corrupta porque la mujer, que es quien educa al ser humano, se corrompe a sí misma. La corrupción significa vender nuestra integridad por un beneficio temporal. Y nosotras nos vendemos porque creemos que nuestra seguridad y felicidad la vamos a encontrar en un hombre en lugar de darnos cuenta de que todo eso está en nosotras mismas. Mientras busquemos apreciación y aprobación viviremos como mendigas y seguiremos aceptando cualquier relación aunque ésta sea destructiva.
Ningun hombre nos hace daño, nos lo hacemos nosotras mismas. Los hombres no son malos, somos nosotras las que atraemos esas relaciones que muchas veces no son sanas, porque necesitamos aprender de esas situaciones. Y mientras no aprendamos la lección las seguiremos atrayendo. Para terminar con ese patrón las mujeres necesitamos entender nuestros miedos, ira, resentimientos. Solamente así logramos dejar de actuar por la emoción y pasamos a actuar desde la intuición. Porque en el fondo nosotras sabemos cuando una relación va a ser destructiva pero no hacemos caso a la intuición porque andamos mendigando cariño.
Tenemos que pasar de ser “víctimas” a ser “responsables” y eso requiere que estemos conscientes de que lo que nos hace infelices no es un hombre sino nuestra inseguridad. Cuando estemos concientes de que somos seres increíblemente poderosas, de todas nuestras capacidades y nuestra fuerza, cuando nos aceptemos como somos y dejemos de disfrazarnos para que un hombre nos quiera, entonces podremos actuar diferente y dejaremos de lastimarnos. Y cuando nos unamos y dejemos de excluir y de competir con otras mujeres, entonces podremos lograr cambios significativos no sólo en nuestra vida sino también en la sociedad.
Concuerdo contigo... Y esq a veces algunas mujeres esperan que seamos mezquinos con ellas... Y cuando las tratamos bien, les da miedo y huyen...
ResponderEliminarPero es hora de hacer un cambio y enseñar(nos) a ser mejores hombres y mujeres... Tratarnos con respeto... Amarnos con libertad...